Muestrame tu cuello e deja,
que mis colmillos rompan,
la piel que impide que tu sangre sea para mi.
Y tu vida será eterna,
morirás cada mañana,
y renacerás al anochecer.
que mis colmillos rompan,
la piel que impide que tu sangre sea para mi.
Y tu vida será eterna,
morirás cada mañana,
y renacerás al anochecer.
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